Se acerca el final de una etapa, el final de una era con o sin legado que, a tenor de las palabras del propio entrenador importa poco. Luis Enrique vivirá en Madrid ante el Alavés no solo su último partido como entrenador azulgrana, sino también el último encuentro del Vicente Calderón antes del traslado al Wanda Metropolitano. En uno de los estadios en los que más veces ha jugado, el reto del asturiano será alinear un once de garantías para levantar su noveno trofeo como entrenador del Barça en un equipo plagado de bajas.
Temporada complicada en lo que a lesiones y percances se refiere para el Barça. Los azulgrana no han podido alinear el once de gala en toda la Liga, ya sea por las rotaciones de Luis Enrique o bien por las bajas que se le han ido acumulando a lo largo del año. La dinámica será la misma el sábado, pues Luis Enrique contará con las bajas seguras de Sergi Roberto y Luis Suárez por sanción, este último también lesionado por una elongación del muslo derecho. Además, Aleix Vidal es baja más que probable, pues se ha reincorporado esta semana a los entrenamientos después de su lesión de larga duración al tener que ser intervenido por una luxación.
MASCHERANO DUDA HASTA EL FINAL

Uno de los jugadores que podría ocupar la posición de lateral derecho es Javier Mascherano, también de baja en los últimos dos encuentros y al que se vio entrenando a parte en el entrenamiento abierto antes de medirse al Eibar. Así pues y teniendo en cuenta que Gerard Piquévolverá al once, la única duda sería la del argentino para esa posición. Quien podría ocuparla es André Gomes al que Luis Enrique ya ha probado en dos ocasiones ante Eibar y Las Palmas y es un jugador al que ha elogiado siempre.
El medio campo parece claro y Sergio Busquets, Andrés Iniesta e Iván Rakitic dirigirán la sala de máquinas pero arriba, el asturiano tendrá que inventar de nuevo una delantera. La sanción de Suárez obligará a Luis Enrique a cambiar el sistema o situar a Paco Alcácer como delantero centro. El de Torrent es la alternativa más lógica por lo que todo apunta a que será su gran oportunidad.
Sea como fuere, el último partido para ‘Lucho’ no será sencillo y tendrá que lidiar con los problemas hasta el día de su adiós, teniendo así que resolver el enésimo rompecabezas antes de marcharse.