Y en esas que te levantas de buena mañana y te desayunas con que, según Marca, Gareth Bale tiene una hernia discal y dos protrusiones, que tiene peligro de que eso le condicione en su juego y que, probablemente, se tenga que operar en poco tiempo (Marca insinúa que tal vez lo que no le deja jugar es eso y que de momento no quieren en la casa blanca que se sepa).
Eso era el sábado, pero el domingo, ya sale el propio club blanco a comunicar (never, never, never) que es falso, que como de costumbre, Marca miente y que no tiene esa hernia discal.... aún. Porque del comunicado del Real Madrid lo que parece deducirse es que las protrusiones (por el humo se sabe donde está el fuego) existen y que, de momento, no hay hernia discal en la L5 S1.
Viendo como los periodistas de cámara (Tata, acostumbrado a Argentina se sorprende de ver como se arrastran algunos por un plato de lentejas, aunque sea en un restaurante de lujo) han salido a defender al club y cómo intentan suavizar el tema convirtiendo una dolencia crónica en algo liviano y pasajero, da la sensación de que “algo pasa con Bale” y de que existe el temor de que, de nuevo, a los servicios médicos (es un decir) del Real Madrid les han colado un gol por la escuadra, o bien que el propio Florentino (me cuesta creer la versión del jefe de esos servicios médicos que dice que las vieron pero que no le dieron importancia y no se lo comunicaron al presidente) quiso minusvalorar el hallazgo para no quedarse, tras meses de ardua pelea y de negociaciones inacabables, renunciando al fichaje más caro de la historia del fútbol.
Los precedentes no invitan al optimismo blanco ni siquiera escuchando a los bufanderos recalcitrantes (ahora un poco mas felices por que Casillas ya no juega ni en la selección y eso les dulcifica las comilonas gratuitas por los servicios prestados en tertulias y demás gallineros) que ya se jugaron su prestigio afirmando que Mourinho iba a seguir y que los que iban a la calle eran Sergio , Iker y Pepe.
Woodgate, Sahin, Alltintop y Kaka, entre otros, también tenían leves episodios de dolor y todos recordamos (menos los de la bufanda que sudan de pensar en una crítica a quien les da de comer) como terminaron.
Y a todo esto, lo más chocante es que desde la llegada de Neymar, los pobres sudorosos, no sabían qué inventar para justificar que el brasileño decidiera elegir el Barça a pesar de la millonada puesta en la balanza por Florentino.
Primero la anemia, luego los pelos, que era frágil, que apenas regateaba, que se iba a enfrentar a Messi, lo de los gallos en el gallinero (con la colaboracion desinteresada de un ex jugador y ex entrenador culé), el precio y últimamente, con la colaboración interesada de Mourinho, que se tiraba y era teatrero.
Mourinho, quien tras lesionar a Gotze en la final de la supercopa con una patada agresiva y vergonzosa (para quien tuviera vergüenza, que no era el caso) y recibir como castigo una amarilla (que era la segunda, eso si) afirmó que sacarle la amarilla era cargarse el futbol y la final. Romperle una pierna a Gotze y dejarlo mes y medio sin jugar no era cargarse el fútbol, como no lo era pisarle la mano a Messi o intentar acabar con la carrera de Alves o de Villa.
Supongo que, para ellos, ver a Neymar jugar, con esa alegría, con ese descaro e imaginarlo junto a Messi, volviendo locas a las defensas rivales, les pone los pelos de punta.
Casi tanto como si tuvieran una hernia (o dos protrusiones, que el dolor es parecido).