Los ideólogos y ejecutores de los programas de recortes sociales y de derechos laborales que dejaron en la pobreza a centenares de miles de familias europeas cobran salarios multimillonarios, disfrutan de condiciones de trabajo dignas de jefes de Estado y se garantizan pensiones de lujo cuando desalojen sus cargos, sea cual sea el resultado de su mandato.
Los máximos representantes de la troika (el presidente de la Comisión Europea, el luxemburgués Jean Cladude Trichet; la directora general del Fondo Monetario Internacional, la francesa Christine Lagarde; y el presidente del Banco Central Europeo, el italiano Mario Draghi) se levantan entre los tres alrededor de 1,25 millones de euros anuales en concepto de salarios y pluses varios.Mientras fuerzan la rebaja de sueldos, salarios mínimos y pensiones, los recortes en gastos sociales, sanidad y educación, y la flexibilización de las causas de despido; mientras amenazan con multas de espanto a los países que no cumplan el déficit; y mientras niegan asistencia a aquellos socios de la UE que no cumplen sus órdenes en materia de déficit y endeudamiento, se enriquecen con nóminas que multiplican por ocho las de jefes de Gobierno, como el español, y que superan con creces el límite razonable para mantener la dignidad de su cargo.