El Congreso estudia intervenir el sueldo a los diputados independentistas incumplidor

[orujillo]

Los diputados y senadores independentistas catalanes, de ERC y del PDeCAT, se declaran oficialmente devotos a la república catalana proclamada por su jefes el pasado viernes, pero siguen fieles a los sueldos de parlamentarios de las Cortes del Reino de España. Aunque llevaban desde julio anunciando que una vez consumada la ruptura de España en el referéndum del 1 de octubrepodrían dejarían los escaños en el Congreso y el Senado, ahora han confirmado lo contrario, que era lo esperado por el resto de los grupos parlamentarios: que no renuncian a nada.
Los servicios jurídicos del Congreso estudian ya la posibilidad de sancionar a los diputados secesionistas que faltaron a sus obligaciones en los plenos y las comisiones durante del mes de octubre (estaban en 'huelga' por los sucesos en Cataluña), pero los proponentes de la iniciativa, el grupo de Ciudadanos, advierten que no se trata sólo de establecer multas por ausencias, sino de exigir que guarden respeto a la Cámara y a su condición de representantes de la soberanía nacional. Se refieren al anuncio de ERC de acudir a la Cámara baja a "defender la república catalana".
El vicepresidente primero del Congreso, Nacho Prendes, insiste en que no se trata de contar las horas de trabajo legislativo de los diputados independentistas, sino de tener en cuenta que amenazan con dedicar el cargo, sus intervenciones y el presupuesto en contra de la propia institución y del marco constitucional.
A partir de finales de septiembre los diputados de ERC y el PDeCAT han faltado sistemáticamente a las reuniones de comisión y a la mayoría de los plenos salvo en las sesiones de control, y para preguntar o interpelar al Gobierno; siempre en clave de defender el golpe separatista y arremeter contra el Gobierno. En el Senado sí han mantenido una presencia más constante.El portavoz de ERC en la Cámara Baja, Joan Tardá, había sostenido que su grupo abandonaría los escaños cuando lograran "la desconexión" con su república nacionalista, pero una vez que se lo ordenaran sus jefes. Su 'segundo', el diputado Rufián, sí había detallado que durante un tiempo ejercerían como una especie de "delegación diplomática". Pero a cargo de las Cortes Españolas. Es lo que Prendes quiere que la Mesa del Congreso dirima: si hay que seguir pagando a unos diputados y grupos parlamentarios que desprecian sus deberes de representación y se consagran ir contra la institución que les subvenciona.
El órgano de gobierno del Congreso estudiará en su reunión de la próxima semana el informe de los letrados sobre el margen legal que tiene para toman medidas económicas contra los diputados independentistas. Según fuentes parlamentarias, los precedentes favorecen los intereses de ERC y PDeCAT. La Cámara sólo ha retirado sueldos y subvenciones a diputados de Batasuna, y después de periodos de sesiones completos sin que los parlamentarios del brazo político de ETA aparecieran por la Cámara. Mientras acudan a la Cámara, difícilmente se les puede reducir los abonos.
El artículo 99 del reglamento del Congreso establece que la retirada de salario se aplicará cuando “de forma reiterada o notoria” los diputados no acudan por voluntad propia a las sesiones del pleno o de las comisiones.
Salvo que Ciudadanos logre abrir otra vía para las restricciones económicas contra los parlamentarios que actúen contra la institución y falten a sus deberes con los representados, Tardá, Rufián y demás diputados independentistas mantendrán ingresos y prebendas: el 'sueldo base' de 4.684 euros mensuales brutos, más complementos por sus responsabilidades al frente del grupo. En el caso de portavoz de ERC supone otros 2.693 euros y en el del portavoz adjunto otros 2.107 euros. Entre ambos se embolsan más de 14.000 euros mensuales a costa de las Cortes Españolas.

[Benacazon]

Como van a renunciar a seguir viviendo y cobrando del erario publico (la pela es la pela) el tal tarda el rufián y el reto de diputados independientes aparate de indeseables lo que no tiene es vergüenza