La final de la Copa del Rey, el partido más bonito de temporada en el fútbol español, acogerá en esta ocasión a los equipos del FC Barcelona y del CD Alavés en el estadio Vicente Calderón. Un choque que, además de lo que suceda sobre el césped, tiene a cientos de personas trabajando para preservar la seguridad de los propios jugadores y de los aficionados que acudirán en masa al estadio del Atlético de Madrid.

El partido fue declarado de ‘alto riesgo’ desde hace tiempo, como la ‘alerta 4 sobre 5’ en la que vive el país desde hace tiempo para prevenir cualquier ataque terrorista. Sin embargo, el reciente atentado en el Manchester Arena, donde 22 personas perdieron la vida por un suicida que se inmoló, ha incrementado la sensibilidad de una parte de los aficionados. Tanto la Federación como las Fuerzas de Seguridad del Estado llevan mucho tiempo trabajando para este choque y ya se habían extremado las medidas antes del atentado en Inglaterra.
El dispositivo es similar al de los denominados partidos grandes y se contará con unos 1.600 efectivos de Policía entre Nacional y Local. El partido estará vigilado por tierra, en el subsuelo y desde el aire y estará reforzado con 600 efectivos de seguridad privada que aporta la Federación. Se han establecido tres anillos se seguridad (a una distancia media del estadio; en el perímetro del estadio y en las puerta de acceso al estadio).
Los aficionados serán cacheados uno a uno, por lo que tanto desde la Federación como desde la Policía se recomienda que no lleven mochilas para agilizar el acceso. Cada seguidor debe acercarse al Calderón con su entrada y el documento nacional de identidad. Las puertas se abrirán 3.30 horas antes del inicio del encuentro para evitar colas y colapsos de última hora. Además, se emplearán tanto perros como dispositivos de tecnología avanzada para detectar explosivos.
El registro del palco del estadio Vicente Calderón le corresponde a los miembros de seguridad de la Casa Real, acompañados de perros especialistas. Además, está prohibido que los camiones de 7.000 kilos circulen por la M-30 (eso ya se hacía antes) y se va a bajar el tonelaje para esta final.