De verdad, es por higiene del fútbol. Y no hablo, no, del fútbol español, que tiene la casa patas arriba (acabamos de saber que el Deportivo de A Coruña debe 93,7 millones de euros, es decir, 15.554 millones de pesetas y que mucho de ello se debe al despilfarro de Augusto César Lendoiro ¡y aquí no pasa nada!) y no es, desde luego, el mejor ejemplo a seguir.
No hablo de eso. Hablo de que alguien como José Mourinho debería de abandonar el teatro futbolístico español cuanto antes. Hay instantes en los que poco, o nada, importa ganar o perder. Lo siento por 'Mou', pero aún hay cosas más importantes que ganar o perder, que sumar la tercera (o décima) Copa de Europa.
Estoy hablando de la decencia, de la educación, del sentido común, del prójimo, de no ser mala persona intencionada y repetidamente. No se puede ser tan retorcido como es Mourinho y que nadie tome cartas en el asunto para taparle la boca o acabar con sus infamias (“descrédito, deshonra, maldad, vileza”, dice la Real Academia de la Lengua Española). No tiene sentido ser así. No se puede ser tan malo. Y que no pase nada. Lo siento. Y no hablo, no, de comités, federaciones, UEFAS, FIFAS y/o demás. Hablo ¡por Dios! del Real Madrid. ¿De verdad el Real Madrid, el Madrid tan orgulloso, tan blanco, tan de Di Stéfano, tan glorioso, tan ejemplar, no va a tomar cartas en el asunto? Pues no.
Será que a Florentino Pérez también le gusta que aquel que se ha arrogado la máxima representación en público de la entidad (aunque a menudo la cede a cualquiera, sí, sí, a cualquiera) maldiga de alguien tan generoso y maravilloso como Vicente del Bosque. Dudar de que Del Bosque ganó (y mereció) en buena lid el Balón de Oro al mejor técnico es querer dañar, no el prestigio del `míster¿ salmantino, no, no, sino la limpieza de la elección, la imagen del fútbol.
Particularmente, solo espero que sea cierto esa noticia que asegura que José Mário dos Santos Mourinho Félix dejará España en unos meses. Por el bien de todos. Seguirá blasfemando sobre nosotros. Pero ya estará lejos.