Mientras uno de los mejores delanteros que ha habido en Europa en esta década, Van Nisterlooy, cogía las bolas y decía los nombres de los semifinalistas tanto de la Europa League como de la Champions, las redes sociales ardían ya de comentarios sobre la lentitud y la manipulación del sorteo. Unos hablaban de que al Madrid le ha tocado el más flojo, otros que la UEFA quiere una final Barça-Madrid y no quería juntarlos (o preferir una final con dos equipos de distintos países) y así miles de quejas.


Incluso algunos han empezado a rumorear si Guardiola irá con el Barça, el equipo de toda su vida, o el Bayern, el equipo que entrenará la próxima temporada. O si Pep dará informes a Heyckness sobre cómo vencer a los azulgranas. ¡Cómo si el juego del Barça no estuviese estudiado y el entrenador bávaro fuese inexperto!


La realidad es que no entiendo porque tantas quejas sobre el sorteo. Cierto es que todos los culés preferíamos al Borussia y tememos a que el Madrid gane la Décima en Wembley frente a nosotros, pero jugar contra el Bayern en semifinales es una gozada para el fútbol. ¿Qué el Bayern es quizá el equipo más fuerte actualmente en Europa y nos lo pondrán muy difícil? Sí, pero dudo que en semifinales haya un partido simple.


Seguramente no es el mejor momento de la temporada para el Barça. Falta esa frescura, esos dos segundos de rapidez que hacen que la pelota circula de forma endiablada, que los rivales acaben exhaustos y mareados, que la presión sea incesante. Si los de Tito juegan como frente al Milan en el Camp Nou y Messi está, todo es posible.


Los alemanes tienen una defensa férrea, una fortaleza física superior a la azulgrana y un ataque letal, rápido por las bandas y eficaz de cara a portería. Como conjunto son un equipo muy cohesionado, que combina juventud con experiencia. El desborde de Ribéry y Robben con la fuerza de Javi Martínez, la calidad de Schwensteigger y la seguridad atrás de Alaba, Neuer y el incombustible Lahm.


Dudo que alguien no crea que este equipo puede lograr el hito. Seis semifinales consecutivas, un centro del campo inigualable y el mejor jugador del mundo. En la portería un Valdés en su mejor momento personal. El único punto débil (y preocupante), una defensa bajo mínimos y muy frágil. Piqué muy blando y Bartra sin experiencia. Tocará sufrir, pero disfrutaremos del fútbol para intentar llegar a Wembley. Que nadie olvide que pasó hace cuatro años en el Camp Nou cuando vino el Bayern.


Así que dejemos de llorar si el sorteo es una estafa o de si al Madrid le tocan los fáciles. Disfrutemos de este deporte, de poder ver en el terreno de juego dos veces a los mejores de Europa dándolo todo.