"Es un talibán”. Así se refieren en el seno de los Mossos d’Esquadra a su nuevo director general, Pere Soler i Campins, que hoy será nombrado oficialmente para sustituir a Albert Batlle. Soler es un veterano militante de Convergència que fue director general de Servicios Penitenciarios de 2013 a 2016. Su ideario, recogido en los tuits que ha lanzado los últimos meses, no deja lugar a dudas: su compromiso con el ‘procés’ es del 100%. Y ya no digamos en los retuits. Ahí se nota que es un forofo de Carles Puigdemont… o de cualquier consigna ‘dura’ referida al referéndum o a la cuestión catalana.Solo hace falta echar un vistazo a su cuenta. “En el Teatro Nacional en el acto ‘Garantías para la democracia’ convocados por los diputados de JxS. Votaremos el 1-O. ¡No lo podrán evitar!”, dice un mensaje del pasado 4 de julio, fecha en que el Gobierno catalán hizo público el texto de la ley del referéndum. Cuatro días antes, retuiteaba a Carles Puigdemont, que menospreciaba un manifiesto de personalidades contrarias al referéndum (entre las que se encontraban Duran Lleida, Jordi Hereu, Eugeni Gay, Victòria Camps o Carles Gasòliba) diciendo que “en una Cataluña libre, el voto y la opinión de las personalidades valdrá lo mismo que el de las personas. Al viejo régimen no le gusta. Normal”. Y un día antes de su nombramiento, volvía a retuitear al ‘president’: “Que la ofensiva contra el referéndum se base en mentiras, amenazas e insultos demuestra una nula convicción en las bondades de la alternativa”.Tanta compenetración, al final, ha dado sus frutos. Con su nombramiento, aseguran algunas de las fuentes consultadas, “Puigdemont se asegura el control de los Mossos y, además, que las consignas políticas serán fielmente transmitidas a la estructura del Cuerpo”. Estas fuentes destacan que “el anterior equipo, formado por el consejero Jordi Jané y por Albert Batlle, había trabajado bien. Había conseguido convocar la Junta de Seguridad de Cataluña por primera vez en nueve años, había conseguido firmar la compra de pistolas Tasser, se zanjó el tema de la uniformidad por primera vez y se firmó un acuerdo sindical. En otras palabras, el equipo saliente había gestionado y había gestionado bien. A partir de ahí, solo hay que decir que los ceses lo han sido por motivos políticos”.