Será una ayuda a las rentas bajas y los colectivos vulnerables como preámbulo de una bajada general del IRPF para todos los trabajadores en 2019. Este es el pacto definitivo al que ha llegado el Ministerio de Hacienda con Ciudadanos para conseguir su voto favorable a los objetivos de estabilidad y el techo de gasto que se debatirán el próximo 11 de julio en el Congreso de los Diputados. Así lo acordaron en una reunión celebrada el miércoles a la que acudieron, por parte de Hacienda, el ministro, Cristóbal Montoro, y los secretarios de Estado de Presupuestos, Alberto Nadal, y de Hacienda, José Enrique Fernández de Moya, y, por parte de Ciudadanos, Luis Garicano, Toni Roldán, Francisco de la Torre y José Manuel Villegas.
El Gobierno responde así a la petición de Ciudadanos de bajar los impuestos, pero se guarda 'la zanahoria' de una gran bajada del IRPF para 2019, de cara a la recta final de la legislatura. Para los Presupuestos Generales del Estado de 2018, las dos partes acordaron que la reducción del IRPF se limitaría a los colectivos más vulnerables y las rentas bajas, que en muchas ocasiones son las mismas familias.Según explican fuentes presentes en la negociación a este periódico, la ayuda a las rentas bajas se canalizará a través de reducciones en los rendimientos del trabajo y beneficiará a los contribuyentes cuya renta no supere el umbral de los 17.000/18.000 euros (todavía está por definir este techo). En cuanto a los colectivos vulnerables, se establecerán o incrementarán determinadas deducciones para casos concretos, como son la maternidad o la dependencia. En total, el impacto de la rebaja de impuestos se situará en torno a los 2.000 millones que exigía Ciudadanos y que, según Hacienda, son compatibles con la senda de reducción del déficit público. Precisamente el motivo por el que no cabe ahora una rebaja del tributo a todos los españoles es porque no permitiría reducir el déficit hasta el 2,2% del PIB que fija la Comisión Europea para 2018. Tanto Hacienda como Ciudadanos acabaron acordando que la mejor fórmula para aliviar el IRPF sería empezar por las rentas bajas y vulnerables y posteriormente ampliarlo al resto de colectivos.
Todavía están pendientes de diseñar los flecos de este acuerdo, pero las dos formaciones tienen tiempo por delante, ya que no tendrán que cerrarlo hasta que no se negocien los Presupuestos Generales de 2018. Por el momento, lo que han alcanzado es el acuerdo político de acometer esta rebaja de impuestos, que era la exigencia de Ciudadanos. Las formaciones se seguirán reuniendo en los próximos días para concretar más detalles, pero de momento están pendientes de que la negociación para aprobar los objetivos de estabilidad la próxima semana fructifique. A partir de ese momento empezarán a estudiar, con datos concretos, cada una de las medidas.
La reducción general del IRPF la dejamos para cuando España consiga salir del procedimiento de déficit excesivo
"No es una rebaja general", reconoció Montoro el miércoles en unas jornadas de fiscalidad organizadas por APD y Deloitte, "lo que estamos negociando con Ciudadanos es una primera fase de reducción del IRPF". "La reducción general la dejamos para cuando España consiga salir del procedimiento de déficit excesivo [PDE]", ha señalado Montoro, objetivo que se cumplirá en 2019, cuando se confirme que el país ha conseguido reducir su déficit público claramente por debajo del 3%. En 2016, el desfase presupuestario alcanzó el 4,3% del PIB (4,5% con ayudas a la banca), para este año tiene que acabar en el 3,1% y para el próximo, el acuerdo con la Comisión Europea es terminar el ejercicio en el 2,2%.
La irrupción de Nueva Canarias

El diputado de Nueva Canarias en el Congreso de los Diputados, Pedro Quevedo, está viviendo una legislatura de gloria. Su irrupción en la negociación de los objetivos de estabilidad de las diferentes administraciones ha provocado una situación insólita: el Gobierno ha retirado la propuesta que había enviado al Congreso para modificarla antes de su votación. Sin el apoyo del 'diputado 176', todos los planes del Ejecutivo para conseguir el apoyo de Ciudadanos o del PNV no tendrían ningún resultado. Quevedo y Ramón Román, presidente de Nueva Canarias, se reunieron el martes con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, para negociar la senda de estabilidad aprobada por el Consejo de Ministros el viernes previo.
En ese encuentro, los representantes canarios se opusieron a la senda fijada y exigieron una décima más de déficit para las autonomías, que pasarían de tener el 0,3% del PIB al 0,4%. Hacienda no tardó ni 24 horas en retirar su propuesta y convocar un nuevo Consejo de Política Fiscal y Financiera para cumplir con la exigencia de Nueva Canarias. La formación no había podido participar en las negociaciones del CPFF porque quien gobierna en el archipiélago es Coalición Canaria y decidió abstenerse durante la votación de la semana pasada. Es por esto que no ha sido hasta el martes cuando ha irrumpido en las negociaciones y ha cambiado por completo el escenario. Esta décima de déficit extra que tendrán las regiones en 2018 y 2019 saldrá de recortar el margen presupuestario de la Seguridad Social.
La nueva propuesta del Gobierno se entendió en un primer momento como un gesto para acercarse al PSOE y así conseguir el apoyo del Grupo Socialista en el Congreso, pero nada más lejos de la realidad. El verdadero motivo del cambio no es otro que conseguir el apoyo de Nueva Canarias. De hecho, el Gobierno anunció la nueva senda del déficit sin negociarla con el PSOE, algo poco común para el ministro, que prefiere tener bien atados sus anuncios. No pasó ni medio día y Montoro ya obtuvo la respuesta del PSOE: votarán no a la propuesta. La encargada de comunicar la negativa fue la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, con un tuit: "La oferta de Montoro sobre el déficit es claramente insuficiente. Andalucía rechazará toda propuesta que perjudique los servicios públicos".