sapoliso
28/06/2013, 16h57
Aún temblaba el poste de España tras el trallazo de Giaccherini cuando Del Bosque llamó a capítulo a Javi Martínez para darle las últimas instrucciones. La prórroga no había hecho más que empezar (93’) y el seleccionador parecía temerse lo peor. La entrada del centrocampista del Bayern parecía un refuerzo para contener a Italia y que España no se partiera. Quién sería el sustituido: Xavi, Busquets… La sorpresa saltó cuando el cartel luminoso marcó el ‘9’ de Fernando Torres, el único delantero sobre el césped y uno de los más destacados por su trabajo. Pero lo mejor estaba por venir.
Nada más pisar el campo, Javi Martínez se fue raudo hacia la zona de ataque. Su misión era distinta a lo que pensaba media España. Él iba a ser el ‘delantero’ en busca de un triunfo que evitara los penaltis. Una decisión cuando menos controvertida ante los minutos que aún quedaban. Parecía todo a la desesperada. Del Bosque se la había jugado con una de sus cambios tácticos como seleccionador más controvertidos de toda su etapa. Utilizar un centrocampista como delantero cuando en el banquillo estaban Soldado y Villa parece cuanto menos una boutade.
Buscando una similitud en todos estos años, sólo la entrada de Fernando Llorente ante Portugal en los octavos de final del Mundial se le asemeja a la entra de Javi Martínez en la punta de ataque. Sin embargo, la comparación no resiste siendo uno delantero y otro un centrocampista más de contención que de creación pese a sus buenas incorporaciones a gol. Sin embargo, pronto se vio que la presencia del navarro nada tenía que ver con el gol.
La idea de Del Bosque al dar entrada a Javi Martínez iba por otro lado. Su objetivo era incrustar al jugador justo en la zona donde Italia empezaba a elaborar las jugadas para desactivar la salida limpia del balón. Lo consiguió. El futbolista del Bayern se empleó a fondo en la presión y permitió que la segunda línea de España recuperara balones buscando la frescura de las piernas de Navas y Mata, los dos grandes destacados de la formidable prórroga cuajada por España. Sólo la falta de tino y las sabias manoplas de Buffón abocaron todo a una tanda de penaltis en la que de nuevo la selección, como sucediera en la Eurocopa de 2008, salió vencedora para citarse en una final histórica con Brasil. Una victoria que, además, permite salir al seleccionador airoso de una crítica que ya le estaba esperando por su decisión de jugársela con Javi Martínez como delantero. Pero Vicente y este equipo están bendecidos. Ahora espera el mítico Maracaná.
Nada más pisar el campo, Javi Martínez se fue raudo hacia la zona de ataque. Su misión era distinta a lo que pensaba media España. Él iba a ser el ‘delantero’ en busca de un triunfo que evitara los penaltis. Una decisión cuando menos controvertida ante los minutos que aún quedaban. Parecía todo a la desesperada. Del Bosque se la había jugado con una de sus cambios tácticos como seleccionador más controvertidos de toda su etapa. Utilizar un centrocampista como delantero cuando en el banquillo estaban Soldado y Villa parece cuanto menos una boutade.
Buscando una similitud en todos estos años, sólo la entrada de Fernando Llorente ante Portugal en los octavos de final del Mundial se le asemeja a la entra de Javi Martínez en la punta de ataque. Sin embargo, la comparación no resiste siendo uno delantero y otro un centrocampista más de contención que de creación pese a sus buenas incorporaciones a gol. Sin embargo, pronto se vio que la presencia del navarro nada tenía que ver con el gol.
La idea de Del Bosque al dar entrada a Javi Martínez iba por otro lado. Su objetivo era incrustar al jugador justo en la zona donde Italia empezaba a elaborar las jugadas para desactivar la salida limpia del balón. Lo consiguió. El futbolista del Bayern se empleó a fondo en la presión y permitió que la segunda línea de España recuperara balones buscando la frescura de las piernas de Navas y Mata, los dos grandes destacados de la formidable prórroga cuajada por España. Sólo la falta de tino y las sabias manoplas de Buffón abocaron todo a una tanda de penaltis en la que de nuevo la selección, como sucediera en la Eurocopa de 2008, salió vencedora para citarse en una final histórica con Brasil. Una victoria que, además, permite salir al seleccionador airoso de una crítica que ya le estaba esperando por su decisión de jugársela con Javi Martínez como delantero. Pero Vicente y este equipo están bendecidos. Ahora espera el mítico Maracaná.