sapoliso
23/06/2013, 17h09
Normalmente los medios de comunicación españoles corren un tupido velo a la hora de hablar de posibles conflictos internos dentro de La Roja. En los peores momentos de las relaciones entre Barça y Madrid, la máxima preocupación fue cómo se iba a resentir la selección de esas colisiones. Y cada vez que se juntaban los rivales con la Roja se hacía evidente en los medios españoles un gran interés para demostrar que estaba todo superado y que no pasaba nada. Era más descarado ese planteamiento en los medios que tenían los derechos de emisión de los partidos de la selección.
Por eso sorprendió –y se agradeció– el vídeo que emitieron ayer en Deportes Cuatro sobre el España-Tahití. Era un partido fácil, una pachanga de trámite, donde se intuía una goleada tremenda y una posterior euforia a la hora de analizar el enorme potencial de la Roja. En cambio en Deportes Cuatro hicieron un seguimiento muy intensivo de David Villa que evidenció, por un lado, su angustia (casi excesiva) para marcar. Y, ahí viene lo grave, la cámara a pie de campo pilló un gesto feo que sucedió durante el partido: Villa evitó darle la mano a Mata, que le ofreció la suya para felicitarle. Al 'Guaje' le sentó mal que Mata le diera el pase en profundidad a Torres y no a él. Mata, alucinando, le preguntó a Villa el porqué de su enfado. Esta vez no hizo falta recurrir a los expertos en leer los labios. Tampoco se iba a ahondar en la desavenencia. Ni tampoco con la ligera discusión entre Torres y Villa por lanzar el penalti. Eran dos goleadores con hambre de gol atrasada y, aunque el rival fuera Tahití, ambos querían pegarse un atracón.
La pregunta clave ahora es: ¿la polémica televisiva entre Villa y Mata se va a alargar tanto como la hicieron durar entre Messi y Villa? Hagan juego. Yo apuesto a que no. Ni por tiempo ni por virulencia en el ensañamiento, las malas caras de Villa con Mata o Torres no se podrán comparar con el circo que se montó con su relación con Messi. Claro que por entonces vestían otra camiseta: lo del Barça se magnifica y lo de la Roja se tiende a minimizar.
Por eso sorprendió –y se agradeció– el vídeo que emitieron ayer en Deportes Cuatro sobre el España-Tahití. Era un partido fácil, una pachanga de trámite, donde se intuía una goleada tremenda y una posterior euforia a la hora de analizar el enorme potencial de la Roja. En cambio en Deportes Cuatro hicieron un seguimiento muy intensivo de David Villa que evidenció, por un lado, su angustia (casi excesiva) para marcar. Y, ahí viene lo grave, la cámara a pie de campo pilló un gesto feo que sucedió durante el partido: Villa evitó darle la mano a Mata, que le ofreció la suya para felicitarle. Al 'Guaje' le sentó mal que Mata le diera el pase en profundidad a Torres y no a él. Mata, alucinando, le preguntó a Villa el porqué de su enfado. Esta vez no hizo falta recurrir a los expertos en leer los labios. Tampoco se iba a ahondar en la desavenencia. Ni tampoco con la ligera discusión entre Torres y Villa por lanzar el penalti. Eran dos goleadores con hambre de gol atrasada y, aunque el rival fuera Tahití, ambos querían pegarse un atracón.
La pregunta clave ahora es: ¿la polémica televisiva entre Villa y Mata se va a alargar tanto como la hicieron durar entre Messi y Villa? Hagan juego. Yo apuesto a que no. Ni por tiempo ni por virulencia en el ensañamiento, las malas caras de Villa con Mata o Torres no se podrán comparar con el circo que se montó con su relación con Messi. Claro que por entonces vestían otra camiseta: lo del Barça se magnifica y lo de la Roja se tiende a minimizar.