sapoliso
26/03/2013, 15h08
Miles de personas se manifestaron ayer por las calles de Paris con la firme intención de oponerse al matrimonio homosexual. Como era de esperar en Francia, el país de la revolución por antonomasia, hubo enfrentamientos y la policía lanzó gases lacrimógenos cuando la protesta se extendió a los Campos Elíseos. Las calles parisinas adquirieron por momentos el gris ocre del siglo XVIII, mientras los gendarmes practicaban algunas detenciones entre los homófobos. Mientras todo eso ocurría, dos integrantes de la selección española de fútbol, caminaban por las calles parisinas con una tranquilidad absoluta, disfrutando de la vista, sin nadie que les molestase, sin nadie que les interpelase. Uno con paso tranquilo y el otro ralentizando su zancada para acompañar el ritmo del otro.
Los futbolistas de la selección española se alejan del cinismo y comienzan a depurar sus diferencias, sus mayúsculas filias y sus pequeñas fobias. Ya han empezado a situar de forma definitiva sus problemas al margen con el resultado de Xabi Alonso y Arbeloa marginados. Ambos futbolistas comparten una trayectoria deportiva parecida, pues lejos de tener carreras individuales e independientes, parecen ir de un equipo a otro como un lote indivisible e inseparable. Ambos se conocieron en el Liverpool, ambos ficharon por el Real Madrid, ambos fueron a la selección y es más que probable que ambos salgan disparados del Real Madrid esta temporada tras la suela de Mourinho. Si bien, tanto el salmantino como el tolosano escucharon durante varias temporadas el “You'll never walk alone” de los aficionados ingleses, podemos afirmar con rotundidad a estas alturas que esa frase no la van a escuchar en el vestuario de la selección en boca de sus compañeros. Ayer caminaron solos por París poniendo de manifiesto lo que venía siendo un secreto a voces dentro del grupo nacional que ha optado por dejar que los rescoldos encendidos de épocas pasadas se apaguen solos sin que nadie haya de molestarse en ni siquiera echarles agua para apagarlos.
Ya se ha empezado a sacar desde Madrid el rosario de la manía persecutoria y una tormenta de compasiones como si del velatorio de un viejo pacifista se tratase. Es difícil encajar dentro del puzle la teoría de que Alonso y Arbeloa están siendo marginados por el mero hecho de ser madridistas, pues tanto Ramos como Casillas lo son más y nadie puede negar la evidencia de que ambos despliegan en el equipo nacional un muestrario de sonrisas, compañerismo y alegría que ni de lejos expresan en su propio club. Tampoco podemos limitar esta indiferencia a jugadores del Fútbol Club Barcelona, pues jugadores del Chelsea, City o Sevilla, como Mata, Silva, Navas, etc, han decidido adoptar la misma postura que los culés.
En esta situación se da una circunstancia que difícilmente puede calificarse como casual. Arbeloa y Xabi Alonso son los futbolistas más cuestionados de todo el combinado nacional una vez desconvocado Fernando Torres. Las críticas atormentan al lateral derecho por carecer de las mínimas condiciones y aptitudes técnicas como para formar parte de un equipo tan exigente; En el caso de Xabi Alonso es su nula aportación al centro del campo español y la privación de mayor talento en ataque por su mera presencia en el equipo titular el motivo de que reciba tanto desprecio por parte de los aficionados y por lógica reciprocidad, tanta protección por parte del seleccionador. Si a esto le sumamos que solo tienen contacto con Pepe Reina, el psicólogo deportivo mejor remunerado del mundo, y Raúl Albiol, que a estas alturas difícilmente puede discernir si su aportación al combinado nacional se debe más a su condición de espectador con pase vip que a profesional meritorio, nos encontramos que Arbeloa y Alonso solo encuentran consuelo entre compañeros que viven una situación deportiva parecida. Probablemente lo único que separe a ambas parejas sea su talante personal, pues mientras los marginados sufren el desprecio de casi todos, los otros dos disfrutan del cariño de absolutamente todos.
Si esta selección, en lugar de Del Bosque, fuese entrenada por Mourinho, probablemente la sensación sería que los jugadores estarían siendo marginados por Alonso y Arbeloa y no al revés. Pero la realidad es que el seleccionador es del Bosque y si no encuentra incomprensiblemente motivos técnicos o puramente futbolísticos para prescindir de una vez por todas de los insuficientes servicios del salmantino y el tolosano, es hora de que encuentre esos motivos en las relaciones personales. Porque si bien, Pepe Reina basa sus internacionalidades, como Albiol, en que crean “buen rollo” en el vestuario, del Bosque habrá de encontrar la misma reciprocidad en que Alonso y Arbeloa crean “mal rollo” en el mismo combinado.
Los futbolistas de la selección española se alejan del cinismo y comienzan a depurar sus diferencias, sus mayúsculas filias y sus pequeñas fobias. Ya han empezado a situar de forma definitiva sus problemas al margen con el resultado de Xabi Alonso y Arbeloa marginados. Ambos futbolistas comparten una trayectoria deportiva parecida, pues lejos de tener carreras individuales e independientes, parecen ir de un equipo a otro como un lote indivisible e inseparable. Ambos se conocieron en el Liverpool, ambos ficharon por el Real Madrid, ambos fueron a la selección y es más que probable que ambos salgan disparados del Real Madrid esta temporada tras la suela de Mourinho. Si bien, tanto el salmantino como el tolosano escucharon durante varias temporadas el “You'll never walk alone” de los aficionados ingleses, podemos afirmar con rotundidad a estas alturas que esa frase no la van a escuchar en el vestuario de la selección en boca de sus compañeros. Ayer caminaron solos por París poniendo de manifiesto lo que venía siendo un secreto a voces dentro del grupo nacional que ha optado por dejar que los rescoldos encendidos de épocas pasadas se apaguen solos sin que nadie haya de molestarse en ni siquiera echarles agua para apagarlos.
Ya se ha empezado a sacar desde Madrid el rosario de la manía persecutoria y una tormenta de compasiones como si del velatorio de un viejo pacifista se tratase. Es difícil encajar dentro del puzle la teoría de que Alonso y Arbeloa están siendo marginados por el mero hecho de ser madridistas, pues tanto Ramos como Casillas lo son más y nadie puede negar la evidencia de que ambos despliegan en el equipo nacional un muestrario de sonrisas, compañerismo y alegría que ni de lejos expresan en su propio club. Tampoco podemos limitar esta indiferencia a jugadores del Fútbol Club Barcelona, pues jugadores del Chelsea, City o Sevilla, como Mata, Silva, Navas, etc, han decidido adoptar la misma postura que los culés.
En esta situación se da una circunstancia que difícilmente puede calificarse como casual. Arbeloa y Xabi Alonso son los futbolistas más cuestionados de todo el combinado nacional una vez desconvocado Fernando Torres. Las críticas atormentan al lateral derecho por carecer de las mínimas condiciones y aptitudes técnicas como para formar parte de un equipo tan exigente; En el caso de Xabi Alonso es su nula aportación al centro del campo español y la privación de mayor talento en ataque por su mera presencia en el equipo titular el motivo de que reciba tanto desprecio por parte de los aficionados y por lógica reciprocidad, tanta protección por parte del seleccionador. Si a esto le sumamos que solo tienen contacto con Pepe Reina, el psicólogo deportivo mejor remunerado del mundo, y Raúl Albiol, que a estas alturas difícilmente puede discernir si su aportación al combinado nacional se debe más a su condición de espectador con pase vip que a profesional meritorio, nos encontramos que Arbeloa y Alonso solo encuentran consuelo entre compañeros que viven una situación deportiva parecida. Probablemente lo único que separe a ambas parejas sea su talante personal, pues mientras los marginados sufren el desprecio de casi todos, los otros dos disfrutan del cariño de absolutamente todos.
Si esta selección, en lugar de Del Bosque, fuese entrenada por Mourinho, probablemente la sensación sería que los jugadores estarían siendo marginados por Alonso y Arbeloa y no al revés. Pero la realidad es que el seleccionador es del Bosque y si no encuentra incomprensiblemente motivos técnicos o puramente futbolísticos para prescindir de una vez por todas de los insuficientes servicios del salmantino y el tolosano, es hora de que encuentre esos motivos en las relaciones personales. Porque si bien, Pepe Reina basa sus internacionalidades, como Albiol, en que crean “buen rollo” en el vestuario, del Bosque habrá de encontrar la misma reciprocidad en que Alonso y Arbeloa crean “mal rollo” en el mismo combinado.